miércoles, 7 de septiembre de 2011

El poder

Al fin, ¡al fin! Está justo frente a mí. Mis ojos contemplan atónitos el brillo que desprende, la luz que de su forma emana.
Después de tanto buscar, después de luchar, perder y ganar, finalmente acabé encontrando este tesoro. No sabría decir cuánto he mentido, ni a cuántos he traicionado, pues me he convertido en el peor de los demonios para complacer mis deseos.
Este tesoro, tan antiguo y a la vez tan nuevo, es aquello que me empeciné en encontrar, decidiendo que no habría nada que pudiese pararme hasta conseguirlo, no habría amistad, amor, Dios ni moral que pudiera detenerme.
Después de todo lo que he pasado, después de todo lo que he hecho, después de que la ambición se apoderara por completo de mí, me paro a pensar... ¿Es éste el poder que buscaba? Toda esta sinrazón, el fin que justifica los medios... ¿ha merecido la pena?