miércoles, 30 de mayo de 2012

Mil ojos

Mil ojos acechan mis miedos
No vaya a ser que quieran escaparse
Y buscan en silencio una luz
Que dé de comer a mis sombras muertas de hambre…
Mil ojos heridos e hirientes
Que buscan la paz, y encuentran la sangre
Mil ojos que protegen mi fortuna
Corazón de espino, alma de alambre…

martes, 8 de mayo de 2012

Ese lugar


Aquí presto el silencio
Viene, solitario, a morir
Pues mudo quedó al tiempo
Helado ante mi sonreír

Y no encontré  lugares
Que impulsaran mi sentir
Tanto como lo impulsan
Tus ojos sobre mí

Florecen los cerezos
Mientras se marchita un adiós
Y se torna la noche en día
Y me acaricia su calor
Muero enterrado entre lirios
Y mi alma se vuelve canción
Arrulla dulce el viento
Y noto el beso de una flor
Pasiones desmedidas
Emociones sin control
Cuando siento tus ojos
Rozándome el corazón…

Dime, dime si tal vez
Pudiera hacer de éste mi hogar
Pues creo que sueño despierto
Acunado en tu mirar
Aquí enmudecen los pesares
Y el cariño tiene su nidal
Huerto fértil de esperanza
Con aroma de azahar
Tiernos ojos que reflejan
Un mundo por soñar…

Aquí estoy, rendido a tu luz
Perdido en tu inmensidad
Pues al fin hallé lo que buscaba
Son tus ojos ese lugar…


lunes, 7 de mayo de 2012

Libre


Sentado frente a un ordenador, escribiendo aquello que se me pasa por la cabeza. Todo parece tan normal, pero me siento tan extraño… 

Quizá se ha hecho tarde para poder arreglar los errores del pasado, quizá aquel tiempo ya pasó, quizá deba encontrar un nuevo camino, unos nuevos sueños…lejos de todo aquello que me impide ser libre.
Pasan y pasan los años, y yo no quiero cambiar, pero cambio, y no hago más que mirarme en el espejo pensando que ese reflejo no soy yo, que esa tristeza en los ojos no es la mía, y sigo maldiciendo mi suerte, porque nada de lo que soñé se ve reflejado en ese cruel espejo, que no hace más que vomitar la verdad a mi marchita esperanza.

Quise vivir un sueño, cumplir mis deseos, culminar mis metas…y mientras más años pasan más me voy dando cuenta que vivo anclado a una ilusión, de tantas y tantas cosas que jamás podré hacer, de tantas y tantas cosas que jamás podré tener... Sé que debería levar el ancla, olvidarme de todos estos sueños  y afrontar la vida tal como es, pero me parece tan vacía…Ante semejante disyuntiva me hallo: ¿abandonar toda esperanza y dejar que esta pésima realidad sea la que gobierne mi vida, o, por el contrario, mantener viva esa pequeña llama que yace en mi interior, llamada ilusión?

domingo, 6 de mayo de 2012

Escarcha


Mecido entre los vientos de un sol de escarcha
Con el frío recuerdo de una noche oscura
Me susurra el aire de una primavera olvidada
Palabras sordas que me llevan a la locura

Entre los ventanales de mi vertedero
Asomado a tu falsa realidad
Se ahoga la ilusión entre los rastrojos
De mi más amarga soledad

Si pierdo la cordura con tus ojos
Traicioneros remolinos de cristal
Si te lo di todo, y nada tengo
¿Que me queda ya por dar?

Atrapado en el torbellino de mi existencia
Encerrado en la vorágine de mi tempestad
Persistente e inamovible mi insistencia
De no querer ser tan sólo uno más
Siempre la misma cadencia
Siempre el mismo compás...

Tengo el alma hecha jirones
Hoy me cuesta hasta respirar
De mi voz solo queda un quejido
Y mi corazón quebrado está...

Y si se congela el silencio
Con la humedad del rocío
Buscaré calor en tus besos
Que jamás han sido míos...

sábado, 5 de mayo de 2012

La jaula

A veces me siento como un jilguero en su jaula. Alguien me ha colocado en esta cárcel, y aunque sean buenas sus intenciones, vivo preso. Aunque pongan lujos a mi alcance, aunque pueda poseer muchas cosas, por mucho que los barrotes sean de oro, sigue siendo una prisión.
A veces mis dueños abren la puerta de mi encierro, y creo tener una aparente libertad, pero no es más que un espejismo. Salgo de mi celda, pero sigo estando encerrado en una casa. Allá donde vaya siempre encuentro una pared, un techo, una ventana… algo que no me permite seguir. Y cuando mis dueños se cansan, vuelven a encerrarme.
Cuando alguien viene a verme, pregunta la razón de mi tristeza, sin alcanzar a comprender el hastío que produce tener alas sin poder usarlas…
Me gustaría volar con el viento, allá donde mi visión no alcance, perderme en los montes, en los valles, en los bosques. Quisiera beber de aguas cristalinas, dejar que el suave fluir de algún arroyo acariciara mis oídos, y que a la noche pudiera dormir bajo un manto de estrellas.
Ver tantos lugares como en mi vida pudiera recorrer, conocer a otros como yo, empaparme de cada lugar y de cada conversación, hacer canciones de cada recuerdo y poemas de cada sentimiento, ése es mi deseo. Ojalá pudiera fundirme con la lluvia, arder en el invierno y resurgir en los estíos…

Pero no soy más que un jilguero en su jaula…

martes, 1 de mayo de 2012

Cavilaciones

Gritar, sólo gritar. Me gustaría gritarle al mundo mis intenciones, mis sueños y mis esperanzas. Y sin embargo me pudro en el silencio. ¿Cómo he acabado en este abismo?

Nunca se me dio bien jugar. Tenía la mejor mano que pude haber tenido, y la jugué de la peor forma posible. Perdí, como siempre. Desde luego, si existe el destino, el que escribió el mío no fue muy original que se diga.

Uno se acostumbra. He sentido en mis carnes la derrota tantas veces que ya forma parte de mí. Aunque suene triste, he aprendido a vivir con el fracaso. Quizás exagero un poco. No todo es tan triste. El Sol sale cada mañana, cada día es una nueva oportunidad de cambiarlo todo, de darle un vuelco a mi situación. Cada instante puede ser el momento de mi resurgimiento… ¿por qué no?

Realmente nunca he caído. He recibido golpes, pero no me han tumbado. Así se aprende, dicen. Supongo que mi actitud nunca puede ir marcada por el “¿Qué pasará?”, sino por el “¿Qué quiero que pase?”. A veces creo que me ahogo en un vaso de agua, en fin, soy un tanto complicado.

Cavilando en la noche, así me hallo. Pensar un poco no viene mal, ¿no? . Quizás así pueda encontrar en qué he fallado para intentar no repetirlo. Para que engañarnos, el optimismo y el pesimismo están en una constante lucha dentro de mí, aunque más bien parece que se reparten mi conciencia, a veces uno, a veces otro, pero nunca de forma violenta, sino fluida, como una corriente de agua, como el viento que mece las hojas.

En mis horas bajas todo es oscuridad. Todo es fracaso y desolación. En otras horas mejores, todo es esperanza, todo es una ilusión que, como la más fulgurante de las llamas, arde en el cielo mostrándome el camino a seguir. Creo que esas dos caras de la moneda viven en mí, como si de un vulgar Dr. Jekyll y Mr. Hyde se tratara.

En el fondo todo lo que hago tiene un sentido, y una única dirección. Esa dirección que apunta a ti. Y me odio, y me siento tan miserable que a veces desearía borrarte de mi cabeza, y cuando lo deseo, me odio aún más por atreverme a querer arrancarte de mi vida, porque en el fondo, sigo buscando tu fuego, aún sabiendo que moriré en su fulgor, como la inocente polilla que no puede evitar acercarse a esa luz que tanto le atrae.