sábado, 31 de marzo de 2012

Esta historia aún no ha acabado

Vuelvo a estar frente a ti, ¿es hora de que vuelva a humillarme? Ya han sido muchas las veces en que me he sentido rendido, pensando que la justicia y los sueños no eran más que propaganda barata de aquellos que no querían ver el mundo tal como era. Pero nunca falla, siempre aparece algo que me hace replantearme todo en lo que creo, y de la noche a la mañana me convierto en un mar de dudas, planteándome, o acaso soñando, que soy capaz de alcanzar aquello que tanto anhelo.
A veces, en la noche, miro al cielo y dejo que la inmensidad de ese oscuro manto me absorba por completo. Observando las estrellas pienso en lo pequeño que somos, en lo pequeño que soy…¿cómo puedo pretender dejar huella si no soy más que una mota de polvo en un gigantesco desierto? Pero esto, aunque parezca paradójico, me tranquiliza, ya que bajo todas esas estrellas, mis problemas son tan pequeños que ni tan siquiera ellas pueden alcanzar a verlos.
Otras veces, decido sumergirme en el más profundo de los universos: la imaginación. Allí todo puede ser tal y como lo soñé, si bien también puedo martirizarme pensando qué pudo ser y finalmente no fue. En mi mundo personal es cierto que sobran malos recuerdos, pero nunca faltan esperanzas. De vez en cuando, la desesperación se deja ver por aquí, y aunque me resista, me atrae lo suficiente como para dejarme llevar por ella. Pero, como si de un mal sueño se tratase, más tarde o más temprano algo o alguien me acaba arrancando de sus brazos, y vuelvo a pensar con claridad, vuelve a brillar el cielo en las tinieblas de mi mente.
En definitiva, muchas veces pienso que todo se acabó, que el fracaso cerraría finalmente las puertas a la ilusión, y que debo dejar de aspirar a metas a las que no puedo llegar. Algo siempre me dice que la historia llegó a su fin. Pero otra parte de mí me anima a no rendirme, a soñar, y me dice que esta historia aún no ha acabado…