Melodía sutil que evoca imágenes, como puñales de placer,
envolviéndome por completo. Tan sólo esta música es capaz de apaciguar el dolor
que ella misma ha creado.
El piano me invita a reflexionar, su armonía me asegura la
paz de espíritu que normalmente no me asiste. El melancólico sonar me introduce
en mis propios pensamientos, dándoles un tono oscuro, cual anochecer.
Pasado, presente, futuro… todo se mezcla en la mente y
vuelan las imágenes, reales o fantásticas. Todo convive aquí: lo que fue, lo
que no fue, lo que pudo haber sido, lo que será… todo tan caótico pero,
extrañamente, tan bello…