domingo, 30 de septiembre de 2012

Nocturno

Duermen las gentes, suenan las teclas. Un piano y su nocturno ambientan esta oscuridad. Y su solo sonar me transporta a tiempos pasados.  Me recuerda momentos, sentimientos, emociones, alegrías y tristezas que ya creía olvidados.

Melodía sutil que evoca imágenes, como puñales de placer, envolviéndome por completo. Tan sólo esta música es capaz de apaciguar el dolor que ella misma ha creado.

El piano me invita a reflexionar, su armonía me asegura la paz de espíritu que normalmente no me asiste. El melancólico sonar me introduce en mis propios pensamientos, dándoles un tono oscuro, cual anochecer. 

Pasado, presente, futuro… todo se mezcla en la mente y vuelan las imágenes, reales o fantásticas. Todo convive aquí: lo que fue, lo que no fue, lo que pudo haber sido, lo que será… todo tan caótico pero, extrañamente, tan bello…

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